
Aveces nos empeñamos en rodearnos de dulce, de rosa, de aparente felicidad, pero no dejamos de ocultar tras una sonrisa que algo no va bien, y aunque nos pongamos corona y diamantes no somos reinas del mundo, si no una simples princesas que se esconden tras un velo de aparente ''felicidad y ''bien estar'' falso y aunque quedemos en el restaurante más caro, en la cafetería de París mas cuca, nos siguen dejando plantadas, y aun que vayamos con rimel de Chanel y vestido de Prada nuestras lagrimas siguen estropeando nuestro aspecto, no hay waterproof que soporte las lagrimas y tristeza de una persona que no esta bien.
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